martes, 13 de julio de 2010

Suprema Corte.

Suprema Corte confirma extinción de Luz y Fuerza del Centro. PERO
Contrato de Trabajo, garantiza que SME tenga patrón sustituto en CFE.
Sindicato de Banqueros, recibe 15 veces más subsidios, que LyF (SME), vía FOBAPROA.
Testimonos: Blog. Un Futuro, con Futuro, para México.
Por Cipriano Barreto Mendoza.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación, aceptó como constitucional, el decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro.
Este fallo es inapelable y 44,000 trabajadores se quedaron sin empresa, sin patrón, pero no deberían ser despedidos y liquidados, PORQUE en el Contrato de Trabajo, automáticamente, la Comisión Federal de Electricidad, sería el Patrón Sustituto.
Al asumir las labores que desempeñaba LyF, la CFE DEBERÍA INCORPORAR AL SME, porque no hay una extinción del sindicato incluida, ni la Corte tiene facultades para ello, y no lo hizo, RESPETANDO el Contrato de Trabajo.
Los únicos que puede decidir la desaparición del SME, son los propios trabajadores y ellos lo RATIFICARON y revalidaron, eligiendo a su dirigencia.
Aceptan (con reservas) la extinción de LyF pero RECLAMAN su derecho, a tener como patrón sustituto a la CFE. La cerrazón fascista y el autoritarismo neoliberal, del calderonato, les quiere bloquear esa vía legal.
Los trabajadores, que no aceptaron la liquidación, (16 mil) mediante una Huelga de Hambre, buscan que se respete su DERECHO y dado que la Corte, ratificó el decreto de extinción de LyF, reclaman en justicia, el relevo empresarial, como patrón sustituto, a la CFE.
Como suele ocurrir en México, por una ausencia de Estado de Derecho, el gobierno federal, metió en el mismo saco, tanto a la empresa LyF como a los trabajadores representados por el SME.
Con un acto de autoritarismo, decretó Calderón la extinción de ambos. LyF y SME con “argumentos” bastante cuestionables, pero particularmente en el despido MASIVO de los trabajadores sindicalizados.
Esta VIOLENCIA EXTREMA, no tiene comparación a nivel mundial, ni siquiera en los EUA, con la crisis global, en que algunas empresas despidieron hasta l8,000 empleados. Menos de la mitad del SME.
Las “razones”, en ambos casos, se centraron en la ineptitud y el costo económico, que representaba al erario, en subsidios, por el orden de los 40 mil mdp al año.
Los abogados defensores, presentaron pruebas de que no correspondía, cargar tales costos a los trabajadores, pues ellos no tienen facultades, ni autorización para decidir o imponer las políticas administrativas o costos de la energía.
Menos en la conducción de la política de subsidios, a los diversos tipos de usuarios. Y mucho menos, en las directrices, en tiempos y montos, de la modernización o statu quo, de la empresa.
Corresponden, en todo caso: A la Dirección, al Poder Ejecutivo y a sus Secretarías.
Pese a ello, se responsabilizó a los trabajadores de TODO y no sólo de lo que, en justicia, les correspondía por el bueno, regular o mal desempeño, del centro laboral.
Si el “argumento” fue la ineptitud. Entonces el buen juez por su casa empieza, y no quedaría títere sin cabeza, en este gabinete de cuates y de cuates de los cuates. Empezando por la cabeza, del auto nombrado: “Presidente del empleo”.
El Rey de la Ineptitud, si quería ahorrar recursos, debió cancelar el saqueo anual, que representa el rescate de la banca.
El Fobaproa-IPAB, se engulle cada año el 6% de PIB, EQUIVALENTE A 15 VECES EL SUBSIDIO DESTINADO a Luz y Fuerza del Centro PERO ATRIBUIDO, ARBITRARIA Y CRIMINALMENTE, AL SME.
El sicario Calderón, prefirió eliminar, laboral y humanamente, a 44 mil trabajadores, que malgastan 40 mil mdp “por su culpa” y se queda calladito, calladito con 600 mil mdp, (15 veces más) que se engullen no más de mil banqueros y accionistas, cada año.
¡Estos son, miles de veces más ineptos, por NO CUMPLIR CON EFICIENCIA, EL FINANCIAMIENTO DEL PAÍS, Y ESTAR DEDICADOS MÁS A LA USURA Y EL SAQUEO!
Pero el sicario Calderón, ha de decir que las angustias y penalidades, de 44 mil trabajadores y sus familias, son “daños colaterales” que son inevitables y necesarios, para proteger a los banqueros, de algún rasguño a su cartera.
¡Por eso, estamos como estamos, porque el calderonato es como es!