viernes, 14 de mayo de 2010

Pobres Griegos que piden prestado para crecer y sólo se endeudan más.

Testimonos: blog. El Comentario Político Económico

Por Cipriano Barreto Mendoza

Macario Schettino en su Blog: Economía 2.0 Titulado: “Pobres Griegos”, da una verdadera cátedra de medias verdades, que dicen los que saben, son mentiras completas.
Es cierto que la economía de un país se compara con las finanzas de una familia. En esto, las mujeres le llevan la delantera a los hombres, aunque hay que reconocer a los pocos varones solteros que por su condición tiene n que manejar sus pocos y decrecientes recursos con una sabiduría muy aproximada a la que practican, todos los días, en el gasto diario, nuestras féminas (economistas a fuerzas) ¡Con sus excepciones, claro!
Los pueblos no se endeudan para vivir como reyes. Son grupos muy pequeños, que a nombre de ese pueblo, contratan préstamos para vivir, ellos sí, como reyes junto con los acreedores.
En ocasiones, muy contadas, esos grupos pequeños, las Fuerzas Vivas y vivillas, endeudan a su pueblo con la idea de beneficiarlo también y no sólo de saquearlo en su nombre. Pero esta intención que debería ser la constante es, sólo la excepción.
El mercado financiero, ese sí, en todos los casos, va por la obtención de la máxima ganancia con la mínima inversión y sí todo es, pura ganancia, mejor que mejor.
Uno de los tantos oficios, más antiguos del Mundo, es el de prestamista, pero en la actualidad, es el que se ha enseñoreado del planeta y el que ha llevado al mismo a los desastres más evitables, en comparación, con los generados por la naturaleza y que nuestra soberbia humana, pretende controlar, dejando sueltos a estas calamidades de deuda, perfectamente manejables pero que no lo son, hasta ahora, por nuestros mezquinos intereses.
Tiene razón Schettino, la gente no debería endeudarse más allá de sus posibilidades de pago. Por ello, las Fuerzas Vivas y vivillas, no incrementan las posibilidades de pago y en vez de ello, pagan cada vez menos por la fuerza de trabajo o del intelecto.
Los salarios se congelan, en el mejor de los casos pero la realidad, la cruel realidad es que cada día se gana menos pues, aunque se reciba lo mismo, lo que se consume no se congela, sino que se incrementa por la inflación y por el aumento de los nuevos productos que llegan al mercado y que se tienen que consumir para mantener el status y no caer del mismo.
Es verdad que los países y las familias deberían limitarse a vivir, sólo con lo que puedan pagar contante y sonante, pero para eso se inventó el crédito y la tarjeta de plástico, para engañar al desinformado y hacerle creer que el crédito es un ingreso extra cuándo no lo es, pues simplemente, es abrir un pozo para tapar otro. Pero el Vivo vive del Bobo.
En la mayoría de las ocasiones, el Bobo no lo es tanto y utiliza el crédito o el préstamo para mejorar su situación financiera y emprende un negocio, que de funcionar, le puede permitir pagar el préstamo y sus intereses y dejarle una ganancia que reinvertirá en su empresa. Pero el prestamista confía en que esto no suceda y que el negocio se mantenga lo suficiente para engordar su chequera usurera y que a la vez, el deudor lo sea eternamente y por supuesto que hará todo lo necesario, para que así ocurra.
El prestamista lo menos que desea, es que el deudor deje de serlo. Si hay que aumentar los intereses con cualquier pretexto, lo hará. Si hay que quemar la cosecha o invalidar al deudor, sin el menor remordimiento, lo hará.
Los bancos, en las épocas recientes, al mismo tiempo que tenían un departamento de cobranzas violento, también tenían uno, causante de “accidentes” diversos para impedir el saldo de la deuda.
La esclavitud se mantuvo, durante tres siglos “modernos”, utilizando la capacidad intelectual, para justificarla pero cuando ésta no fue suficiente, se recurrió a la violencia más extrema para que sirviera de ejemplo, a los que veían la esclavitud como algo indigno del ser humano.
Veinte siglos no nos ha hecho evolucionar en ese sentido. “Lo correcto” ahora es mantener una esclavitud por medio del salario de hambre, por medio de deudas, de inflaciones inconfesables por “inexistentes”. De intereses y comisiones al gusto del banco y del prestamista. De crisis globalizadoras que vuelven perdedores a todos, particularmente a los más pobres, que no saben lo que es un banco y que hacen vivir de lo prestado, por toda una eternidad, a los que tuvieron la inteligencia criminal, de fundar uno.
Esclavitud justificada por intelectuales que patean su propia inteligencia y que sólo ven, dicen y defienden, lo que sirve a los más inhumanos intereses de esas Fuerzas Vivas y vivillas que quieren que la explotación del hombre por el hombre sea eterna, como la deuda que quieren y desean que contratemos hoy, hoy, hoy, para poner a andar esa empresa que nos libere de tener deudas.
¡Ya caerán los ingenuos emprendedores (ranas) que todavía confían en que los Bancos (escorpiones), no respondan a su naturaleza sacrosanta!
Ellos, los nobles prestamistas, se las ingeniaran para que lo pagable, se vuelva insolvente ¡por vida de Macario Schettino, que lo harán!