sábado, 8 de mayo de 2010

La Lucha de Clases no estaba muerta, estaba agazapada

Testimonos: El Comentario Político Económico

Por Cipriano Barreto Mendoza

La tragedia griega la vivimos los mexicanos en varias ocasiones y en ellas responsabilizamos a nuestras instituciones y autoridades y… “al modo de ser de los mexicanos”.
Nuestros “expertos” (y los de todo el mundo) culparon a “las conquistas de los trabajadores” de las crisis de fines de sexenio (Echeverría, López Portillo, MMH,CSG) que ni siquiera, se aproximaban a las que gozaban las “economías desarrolladas”.
Hoy vemos que ”la solución para los griegos”, según los especuladores y el FMI, es bajar los salarios y prolongar la edad de jubilación (cuándo la hay). Todas las prestaciones mínimas que tienen los helenos, se vuelven pecados imperdonables de los trabajadores y se dejan intocables las enormes ganancias de los depredadores financieros e inmobiliarios.
Según los analistas, no es el capitalismo salvaje de la globalización, la culpable de las crisis recurrentes sino los salarios de los trabajadores y las jubilaciones tempranas, después de los 65 años.
La minoría minoría, que concentra la riqueza del planeta, por medio de sus “especialistas económicos”, difunden por los medios masivos de comunicación (MMC) que no es el acaparamiento de la riqueza y de las decisiones financieras unilaterales de unos pocos, entre los pocos, quiénes han echado por la borda, las economías de sus países y los logros de los trabajadores sino que, por el contrario, son estas conquistas las culpables de que, una tras otra, se den las crisis, ya no en los países “emergentes” como ocurría antes, sino que ahora ocurren hasta en los países que presumían de su conducta y disciplina ejemplar, inclusive en lo económico.
Hoy, ante las evidencias, debemos revisar la propuesta de Echeverría sobre el programa de “substitución de importaciones” y el desplante teatral de López Portillo, sobre la “nacionalización de la Banca” así cómo los Tratados de Libre Comercio de CSG y el Fobaproa de Zedillo.
Los dos primeros iban en la dirección correcta, si queríamos un desarrollo independiente, mientras que los segundos, condujeron a la dependencia y al desempleo galopante que hoy vivimos y padecemos.
La Lucha de Clases, que se anunció desaparecida, en realidad estuvo agazapada mientras existió como una posibilidad distinta de desarrollo, el socialismo pregonado, pero fallido, de la URSS. Hoy sin su presencia, vemos como la derecha más recalcitrante hace su aparición, golpeando a los migrantes (Ley europea de repatriación y la Ley Arizona) y con el intento de desplomar prestaciones y conquistas mínimas laborales de los trabajadores griegos y de los mexicanos mediante una propuesta de reforma fascista a la Ley de Trabajo.