jueves, 16 de diciembre de 2010

Obama pide consejo.

Obama pide a empresarios, cómo crear empleos.
Zapatero también lo hizo con los propios.
Potentados no se darán balazo en el pie.

Testimonos: Blog. Un futuro, con futuro, para México.

Por Cipriano Barreto Mendoza.


Zapatero fue el primero en solicitar ayuda, a los jerarcas de la IP, para la creación de empleos.
Obama le hizo segunda, con el mismo propósito. Los tiburones empresariales poco harán en ese sentido, como no lo hicieron para advertir de la burbuja inmobiliaria y después financiera, que fueron las gotas que derramaron el vaso, de la crisis global.
De hecho, los que sabían el desenlace, de las pirámides bancarias, pusieron a salvo sus activos, llevándolos a los países emergentes.
Así lo hicieron desde los años 60´s, cuando trasladaron a las empresas de altos salarios y de gran valor agregado, a los países tercermundistas.
En éstos, los salarios estaban 8 a 10 veces más bajos que en EUA y poco les importó, restar empleos en su país, si en el exterior pagarían 8 a 10 tantos menos y venderían el producto, como si hubieran ocupado mano de obra estadounidense.
Los magnates no se darán un balazo en el pie, como sí lo hicieron, después de la Segunda Guerra Mundial. Al finalizar ésta, la sociedad toda, estaba impactada por las tragedias vividas y contadas en todos los sectores.
Tanto trabajadores como empresarios y no se diga, las clases medias, estaban conscientes de que el final de la guerra les daba oportunidad de buscar la felicidad, pero no a costa de los demás.
En la sociedad entera, existía un sentimiento de culpabilidad por las atrocidades ajenas y propias.
El holocausto. Ciudades enteras demolidas. Los países de procedencia, de padres y/o abuelos, arrasados hasta los cimientos. Miseria y ruinas por doquiera.
Estas imágenes, las trajeron los soldados a los EUA, a su regreso. Los miles de amigos y familiares y los millones de aliados, enemigos y ciudadanos comunes muertos, heridos, mutilados. Los miles de huérfanos y viudas.
Los cientos de miles de calcinados, en segundos, con las bombas atómicas, crearon un ambiente de tolerancia y de vivir la vida propia, sin meterse en las ajenas, permitiendo que las guerras civiles por mejoras salariales y buenas condiciones de trabajo, se atenuaran y las demandas, se otorgaran sin mayor regateo.
La lucha de clases, pactó una tregua.
El ogro macartista, se volvió filantrópico, con salarios altos y mejoras en las condiciones de trabajo.
Los “generosos” salarios (varias veces por arriba de la inflación) detonó el consumo masivo.
El alto poder de compra de los ingresos y la baja inflación mantenida por los empresarios, permitió una explosión de la producción, en todos los órdenes.
Las empresas pequeñas, se volvieron medianas y éstas se convirtieron en gigantes y después en franquicias transnacionales.
La fiebre de empleos, se volvió epidemia y pese a la poca preparación de los trabajadores, lo más importante era la destreza manual. Más que el factor del conocimiento, la habilidad operativa en el trabajo y el salario generoso creó una clase media que, en la siguiente generación, alcanzó un aceptable nivel educativo.
Los nuevos emprendedores, más que ambicionar empleos estables, iniciaron una carrera por la creación de pequeñas empresas, proveedoras de productos y servicios para la clase media.
El círculo virtuoso, para la creación de nuevos empleos, está en que la masa trabajadora, independientemente de su preparación académica, reciba salarios “generosos” y no la miseria que se arroja en los países emergentes.
Buenos ingresos, generan buenos consumidores. Éstos mantienen la estabilidad en los empleos de las empresas. Éstas deben cumplir con el pago de impuestos. La recaudación fiscal, se convertirá, en moderna infraestructura y servicios eficientes, por parte del gobierno.
En los EUA, este círculo virtuoso, se interrumpió con el neoliberalismo, que llevó al extremo la consigna capitalista de: Máxima ganancia con la mínima inversión.
El resultado es: Altísima concentración de la riqueza en unos cuantos y salarios precarios y/o de subsistencia en la mayoría, que actúa como un desplome de naipes.
Bajos ingresos, tienen pésimas consecuencias: Pobre poder de compra, conduce a que las Pymes no permanezcan, generando cierre o absorción, por otras que al consolidarlas, ocasiona despidos masivos.
Sin empresas, ni empleos, ni ingresos, el mercado interno se va a pique y en consecuencia, la recaudación fiscal se desploma y sin ella, el Estado no crea la infraestructura y los servicios necesarios para la comunidad.
Este círculo vicioso, se hizo masivo en los tres últimos años, en los EUA, pero en América Latina y el Caribe, llevamos medio siglo, padeciéndolo. En los últimos 30 años, con el neoliberalismo ya establecido, sufriéndolo al extremo.
Este círculo genocida, de los últimos tres sexenios, ha generado el auge de la violencia sangrienta y del narcotráfico.
Este círculo criminal, del neoliberalismo económico, ha llevado a todo el continente latino, al auge de la extrema violencia delincuencial.
Para acabar con ella se deben seguir el camino ya transitado del círculo virtuoso.
Así llegaremos al principio de la generación de empleos:
Frenar y revertir la concentración de la riqueza. Salarios con alto poder de compra. Salario Mínimo Global. Movilidad salarial de varias veces la inflación.
Regulación de la Banca Usurera Mundial. Reducción de la jornada de trabajo.
Con estas medidas, tendremos un efecto dominó a la inversa.
En vez de que caigan las fichas, estas se levantarán de la crisis.
El pleno empleo, será una realidad.
Obama no necesita el consejo de los empresarios.
Para crear los empleos necesarios, necesita pisar callos.
Precisamente callos empresariales.
Sólo falta voluntad política.
¿La tendrá?