martes, 9 de febrero de 2010

Avatar Mexicano: Partido Político sin políticos sólo Ciudadanos

Testimonos. El Comentario Político Económico

Por: Cipriano Barreto Mendoza

Los mexicanos que no se sienten representados por los actuales partidos políticos, y que en las pasadas elecciones de julio votaron en blanco o por consignas de seguridad o con demandas políticas sobre la reelección o las candidaturas independientes, deberían de constituirse en un partido político.
“La política es demasiado importante para dejarla en manos de los políticos” pero también en manos de mexicanos frustrados o con demandas muy limitadas o demasiado específicas, pues lo único que se lograría, sería pulverizar en demasía, el voto de rechazo a la clase política.
Otro gallo cantaría si previamente, se anuncia un programa Ciudadano con las demandas más sentidas y exigidas que reclama la sociedad y que no sólo cuestione a la clase política sino que también exhiba a los controladores y manipuladores de ésta.
La clase económica no es ventaneada ni exhibida, cómo la gran beneficiada por los errores y desatinos intencionales de la clase política, que mantienen una crisis permanente para la mayoría de los mexicanos y que, por el contrario, incrementan el poder Económico en unos pocos potentados (110) y en unas cuantas familias (500).
El apoyo razonado, que Denise Dresser da a algunas propuestas del Decálogo “Político” de Calderón con el argumento de que son propuestas largamente demandadas por sectores de la sociedad, habrá que contra argumentar que antes o al mismo tiempo que éstas, se dieron exigencias de orden económico como la “creación de empleos y de mejoras salariales” y que no se han atendido y que seguirán sin atenderse (por la clase política y económica) mientras los analistas y politólogos, muerdan el anzuelo de engancharse con estas propuestas que prometen huesos para algunos y restan pesos y empleos, a la gran mayoría de los mexicanos.
De hecho, desde hace 40 años, se han dado “reformas políticas” para ocultar el desplome del empleo y del poder adquisitivo de los trabajadores.
La clase económica las concedió, porque no afectaba sus intereses, por el contrario, los benefició con extrema largueza.
En lugar de que estas “reformas políticas” (aprobadas en los últimos 40 años) mejoraran las expectativas de la población, sólo sirvieron para cooptar a la clase política que se despachó con la cuchara gigantesca, con sueldos y prestaciones y se olvidó de que representaba a los electores y se convirtió en el cabildero de la oligarquía, de dentro y de fuera.
Gracias a este cabildeo de la clase política, la clase económica acrecentó su poder, no sólo económico sino también el político. Rebasando inclusive, a las instituciones o modelándolas a su imagen y semejanza.
Las “reformas políticas” de Calderón, son un anzuelo con la carnada adecuada para la clase mediática que no exige solución a la crisis económica permanente, provocada por la concentración del ingreso y los salarios inconstitucionales, sino a una crisis política que puede esperar a que se den las mejoras económicas de urgente necesidad.