viernes, 15 de enero de 2010

El "complo" y las "pirámides" del TLC: Los modernos jinetes del apocalipsis.


Testimonos

Por Cipriano Barreto Mendoza

La reunión “cumbre” en Guadalajara, de los países firmantes del TLC, no dejó compromisos por cumplir, que lleven alguna ventaja para los pueblos. Particularmente para el nuestro, que de los tres, le tocó bailar con la más fea, tal cómo estaba en el guión diseñado por los grandes consorcios internacionales y qué, aun cuando desde los inicios de la firma, se anticipaban los desastres para nuestra economía, en algunos sectores productivos se tenía la esperanza de que junto con los males llegarían algunos bienes y que estos compensarían con creces a los primeros.
Esta esperanza pronto se desplomó, pues la firma del acuerdo comercial, multiplicó los daños a la planta productiva y del empleo. Las promesas de mejores empleos y mejores sueldos, quedaron en sólo promesas incumplidas y no solo eso, sino que no permanecieron estables, por el contrario unos y otros, cayeron en picada, cómo no se había experimentado antes y que sólo el control oficial de las estadísticas, las pudo ocultar por algunos años, pero ya sabemos que no se puede esconder esta situación por mucho tiempo y menos eternamente.

Cuatro grandes sectores de la economía:
El aduanero, el transportista, los bancos y los de seguros, le agregaron costos a los productos y satisfactores que nos llegaban por la vía legal, pero artificial sin que, por ello, acabaran con el contrabando y la piratería acostumbrada.

Los productos que deberían llegar más baratos del exterior, en realidad se encarecieron por los costos de estos servicios impuestos por la ideología neoliberal que nos vendió la idea de que “la distancia más corta entre dos puntos no es la recta, sino una espiral”.
Según los gurús económicos y académicos, el producto que se fabricara en Chile o en China, al importarlo, nos saldría más barato que hacerlo en Durango, Michoacán o Chiapas.
El absurdo, es más que evidente, pero estas grandes empresas prestadoras de servicios complotaron para convertir esta mentira, del tamaño de un catedral, en una verdad incuestionable, igual que el cuento del capitalismo salvaje de que “el Mercado se puede regular por si mismo”.
Estas falsedades evidentes, han sido respaldadas por 20 años en nuestro país y por más de 35 en los países “desarrollados” y que, finalmente, se ha visto golpeados por las consecuencias de estos mitos económicos, llevados al absurdo pero no con la extrema gravedad en que están siendo afectados nuestros países “emergentes”.
Igual como ocurre con las “pirámides” financieras, los países que patentaron estos cuentos económicos, obtuvieron ventajas múltiples y $u$tancio$a$ del engaño y la mentira por ser los promotores, mientras que los que llegan después, en lugar de recibir las ganancias prometidas, lo que reciben es la explosión de la burbuja del timo y la trampa y, por supuesto, igual que en las pirámides, son los que sufren todas las consecuencias y los daños.
Las evidencias saltan a la vista, los países ricos vivieron durante 30 o 35 años del cuento y hoy están en recesión pero por lo menos en ese tiempo gozaron de las mieles de su mentira mientras que los países que llegaron tarde al reparto del botín, son los que pagarán las consecuencias sin disfrutar de los deleites del “compló”.
En los hechos, las agencias aduanales, las líneas transportistas, los grupos financieros y las compañías de Seguros fraguaron una pirámide miles de veces más costosa que la de Madoff (o la de Stanfford) que se calcula en un timo de 50 mil mdd. Los daños, los crímenes institucionales de estos modernos jinetes del Apocalipsis superan, cientos de veces, a la suma de todos los hechos delictivos del crimen organizado. ¡De tal dimensión catastrófica es el tsunami del cuento del TLC, para los pueblos!
Así como aceptamos el mito de que “el mercado se podía auto regular” de igual manera nos tragamos la rueda de molino de que “la distancia más corta entre dos puntos no es la recta, sino la espiral del TLC”.
De todas las promesas que traería, ninguna se cumplió y a cambio, todas las sospechas de un genocidio económico se cumplieron, lamentablemente, con pilón y copeteado.