miércoles, 23 de diciembre de 2009

Masacre familiar de marino muerto, equiparable a "aumento" salarial

Por: Cipriano Barreto Mendoza en Testimonos

Es justificada la indignación de los poderes fácticos, de la clase política y de la población beneficiada por el Sistema, por el asesinato de la madre, tía y dos hermanos del marino caído durante el operativo, en que murió Beltrán Leyva.
Revancha sorprende igual que Pulmonía
La venganza, por el trato que se le dio al cadáver de “El Barbas” tomó por “sorpresa” al gobierno federal, reacción que era de esperarse, dadas las condiciones mediáticas en que se da la guerra declarada por Calderón a la delincuencia organizada. Del mismo modo, el gobierno federal se dijo sorprendido por el “catarrito” que se convirtió en Pulmonía, cuando todos los síntomas, anunciaban lo segundo.
Gobierno expone a familiares
Volviendo a la masacre de los familiares del marino, la necesidad de promocionar sus victorias pírricas del Calderonato, expuso criminalmente a los deudos a una represalia también criminal y de semejante magnitud pero de mayor saña.
Esta indignación, ante el hecho sangriento de la delincuencia no se ha dado por el criminal “aumento’ al salario mínimo de $2.65 diarios que es pulverizado con uno sólo de los aumentos a un solo producto y/o servicio. Este criminal “aumento” sirve para compensar el alza en uno de los productos y/o servicios y de ¿Dónde saldrán los recursos, para poder adquirir todos los demás artículos y/o servicios, necesarios para subsistir? No estamos hablando de llevar una vida digna y plena sino de simple sobrevivencia.
Cúpulas se indignan ante masacre pero aplauden “aumento”
Los poderes fácticos y la clase política se indignan por la masacre a la familia del marino, pero se vuelven indiferentes ante la masacre silenciosa que se dará entre la clase más desprotegida que es la mitad de la población. Cincuenta millones, verán con pavor que sus ingresos cada vez los hunde, no sólo en la pobreza sino en la miseria, gracias a la voracidad criminal de una fracción de mexicanos que siendo el 20% acaparan el 70% de la riqueza del país y van que vuelan a apoderarse del 80% del PIB.
De alcanzar este porcentaje, estas élites no se indignarán de su voracidad criminal sino que se auto elogiaran por su “gran visión” para aprovechar las “oportunidades” que les brindó la crisis y que es lo único que hacen bien, con cada tsumani que han creado sus pares en el exterior y que aquí multiplican por varias veces.
La delincuencia institucional supera a los sicarios.
La delincuencia institucional: los poderes fácticos y sus empleados y sirvientes de la clase política más sus asesores económicos y mediáticos, superan en varios millones de víctimas inocentes a los sicarios que acribillan y masacran a familiares de un marino que, cómo ocurre con miles de jóvenes, tuvo que enrolarse en las fuerzas armadas y/o policíacas, para escapar del criminal desempleo y/o de los salarios de hambre. Armas de destrucción masiva que nuestras cúpulas manejan y emplean, mejor que una R 15 y/o “cuerno de chivo