sábado, 5 de diciembre de 2009

La responsabilidad intelectual, de la Crisis mundial, es de los Premios Nobel

Por: Cipriano Barreto Mendoza en Testimonos


En el Testimonos anterior: “Premios Nobel enjuician y condenan, pero no ofrecen soluciones ¿Por qué?” señalamos que estos destacados economistas son parte del problema y no, los que tengan la respuesta para evitar las crisis recurrentes del capitalismo salvaje que se ha empoderado de la riqueza mundial mediante mitos que han propagado y avalado, esta concentración de la riqueza en unas cuantas manos.
El Premio Nobel, lo ha recibido, cada uno de ellos, por ser voceros de los intereses del neoliberalismo impuesto por el capitalismo salvaje de la dictadura del mercado.
Los bajísimos salarios mínimos que se otorgan a los trabajadores en los países “emergentes” son los responsables de las corrientes migratorias que se dan de éstos a los países “ricos” que cada vez lo son menos precisamente, porque las condiciones de esclavitud salarial que se da en los primeros se está repitiendo en los trabajadores, de los segundos.
La concentración de la riqueza y los salarios de hambre, que eran males de nuestros pueblos marginados, han contagiado a las economías de los países, otrora, dominantes.
El desempleo, o la ocupación mal pagada, provoca la pérdida del Poder adquisitivo de la masa trabajadora, que ya no puede comprar lo que producen las Pymes, que son por definición, las que crean el 80% de los empleos y no las grandes inversiones, cómo pretender hacernos creer los genios económicos.
La consecuencia inmediata es que las Pymes empiecen sus despidos y que los desempleados no puedan cumplir con sus compromisos y pagos de su vivienda, servicios, alimentación y comodidades. La caída de la economía es anticipable, pues si no hay ingresos en el trabajador, no hay impuestos al gobierno y este no puede crear infraestructura, ni proporcionar servicios y bienes a los gobernados.
La bola de nieve empieza a crecer y los cerebros económicos intentan detenerla con medidas que son las causales y en consecuencia, en lugar de que disminuya, se convierte cada vez más en una masa gigante que todo lo devora. La solución a la crisis no es entregar enormes cantidades de dólares a los creadores del desastre, sino distribuir mejor la riqueza generada por todos, entre todos, sin expropiar a los ricos acaparadores, sino en frenar la concentración de la riqueza y repartirla mejor, entregando a los trabajadores, jornadas más cortas de trabajo y con mejores salarios que restituyan la capacidad de compra, de los trabajadores, perdida por la voracidad de los magnates.
Entregar más riqueza (inventada o impresa) a los causantes de la crisis por su desmedida ambición y desenfrenada especulación, es ponerse la soga al cuello, los gobiernos y darles la puntilla a los trabajadores. La solución es desarmar a los potentados y especuladores y armar a los trabajadores co n salarios suficientes para consumir lo necesario, cómo sucedió durante 30 años después de la Segunda Guerra Mundial.
Los salarios “altos” que por decreto se otorgaron a los trabajadores, generaron un círculo virtuoso que dio origen a miles de Pymes que hoy, son las que globalizan al Mundo mediante sus franquicias “cincuentonas” (desde l McDonals hasta la Barby).
Estos salarios “altos” de los estadounidenses fueron copiados y superados por los países derrotados, que generaron una recuperación rápida y generalizada que hoy sigue en la dirección opuesta pues los tratados de “Libre Comercio” llevaron capitales y empleos, fuera de sus fronteras y dentro sólo quedó la concentración del Ingreso con inflaciones incontroladas que robaron el Poder Adquisitivo de los trabajadores.
Los Premios Nobel, lo son, por ocultar todos estos vicios y avalar las ambiciones y las especulaciones de sus élites políticas, económicas y sociales quiénes premiaron la complicidad y la “sabiduría” de este Poder intelectual y teórico al servicio de los Poderes fácticos.