jueves, 18 de marzo de 2010

La Crisis Global: Contra ataque empresarial a los trabajadores.

Testimonos: Blog. El Comentario Político Económico.

Por: Cipriano Barreto Mendoza


Antes de la aparición del Socialismo en el mundo, las relaciones obrero patronales eran verdaderas guerras civiles. La demanda por la reducción de la jornada de trabajo, de l2 a 8 horas y la lucha permanente por mejores salarios, ensangrentaba el sector laboral.
Tanto empresarios como trabajadores recurrieron a la violencia para imponer sus condiciones. Los gobiernos durante la revolución industrial, llevaron a tal grado la violencia contra los trabajadores, que llegaron a aprobar leyes que condenaban a muerte, a cualquiera que intentara frenar el ¨progreso¨, representado por la industrialización, en los finales del siglo XIX.
En los comienzos del XX, los intereses tanto de patrones como obreros, cedieron o se calmaron un poco, por la participación de grupos de intelectuales que denunciaban con toda crudeza, las extremas condiciones a que eran sometidos los trabajadores que, superaban en ocasiones, a la esclavitud que se había abolido en las leyes, en la mayoría de los países en proceso de industrialización.
La Primera, pero sobre todo la Segunda Guerra Mundial, contribuyeron a difundir las ideas socialistas. La existencia de la URSS pero, fundamentalmente su incorporación como una de la potencias triunfantes en el conflicto, contribuyó a la difusión de las ideas de igualdad y justicia que después de pasar por el socialismo llevaría, inevitablemente, al comunismo.
El capitalismo, ante la amenaza, jugó dos cartas que le dió muy buenos dividendos: La primera moderar su salvajismo (por lo menos con sus connacionales) y la segunda, construir un muro de mejoras económicas y sociales en sus economías sin sacrificar sus ganancias y que las pagarías los países tercermundistas.
Después de finalizada la SGM, sólo los EEUU tenía integra su economía, mientras que los aliados y los derrotados tenían que reconstruirla desde la raíz.
Estados Unidos, para controlar la creciente influencia del socialismo, decidió apoyar tanto a los aliados como a los derrotados (principalmente a estos últimos). El Plan Marshall fue un instrumento muy útil para la reconstrucción de la post guerra. El avance del socialismo sobre la Europa occidental se contuvo mediante la mejora sustancial de estas economías, gracias a que los EUA no tuvo mayor daño en su estructura productiva, pues su industria no bélica, se mantuvo a flote, gracias a la participación masiva, primero de los migrantes y después de las mujeres.
El regreso de los hombres, tanto de Europa como del sureste asiático, creó tensiones entre los géneros, pues los primeros llegaron a desplazar a las mujeres, que no se resignaron a dejar sus puestos de trabajo y se añadió una nueva lucha libertaria y de justicia: la de la emancipación femenina y de la igualdad de géneros.
La mejor contención al socialismo de la URSS, fueron las mejoras económicas que rápidamente se dieron y se consiguieron, en la Europa occidental, gracias al Plan Marshall, sustentado en que la economía estadounidense estaba en plena producción, gracias a las mujeres y a los migrantes latinoamericanos.
La URSS, golpeada hasta en sus cimientos, no pudo avanzar con la misma velocidad ni en todos los terrenos y ante las exigencias de las nuevas generaciones, que no vivieron la guerra, pero sobre todo la destrucción, veían que otros gozaban del bienestar mientras ellos, sólo lo tenían en los discursos.
Los pueblos con regímenes socialistas, veían al occidente como una real sociedad distributiva (socialista) en lo económico y social, sin cuestionar en demasía el macartismo existente, en lo político, tanto en lo interno pero sobre todo, hacia el exterior.
Después de la SGM, EUA descubrió que la mejor manera de contener al socialismo de la URSS era ceder en lo económico y social frente a los trabajadores y la clase media, pero manteniendo, la extrema dureza, en lo político. Así se dieron paradojas en que se concedieron prestaciones y salarios, con lo cuál se formó una amplia clase media y al mismo tiempo, se le adoctrinaba, mediante los medios masivos de comunicación, en que el peligro para el Mundo occidental (American Way of life) era el Socialismo.
En la carrera parejera, entre estos dos modelos económicos, la ventaja inicial que tuvo el capitalismo de conservar intacta su estructura en todos los órdenes, después de la SGM, le permitió mostrarse como el ideal a seguir, mientras que el socialismo, ante la presión justificada de su población, no supo más que reprimir y exhibirse como un modelo político, económico y social fallido.
A la caída del socialismo de la URSS, el capitalismo salvaje inició la revancha y las prestaciones y salarios empezaron a desaparecer. El pleno empleo, que era una de sus divisas, empezó a escasear, al principio en sectores aislados y después, en el 2008 y 2009, mostró todos los alcances y todo el salvajismo inmisericorde, de que es capaz.
Desempleo masivo, pérdidas de casas y salarios a la baja generalizada, se empezó ha enseñorear en todos los sectores. Las inflaciones fueron controladas en las estadísticas, no en la economía real.
Los sueldos y salarios fueron cayendo en forma silenciosa pero constante y empezó la expedición de tarjetas de plástico, para ocultar la pérdida del poder adquisitivo del consumidor.
Con el endeudamiento personal y el de la economía en general, el resultado era de esperarse, el Estado de Bienestar que disfrutaron, amplias masas de los países ricos, se desplomó.
La llamada clase media se achicó, los ingresos se vinieron abajo y en muchos casos, desaparecieron, al grado de perder casas y ahorros.
Al derrumbarse, el socialismo real de la URSS, el capitalismo salvaje que se había moderado (en los países ricos y en las élites de los emergentes) respondió a su naturaleza y empezó a golpear, no sólo a los países tercermundistas, sino a sus propias comunidades y poblaciones.
La filantropía de que presumía, desapareció y surgió el ogro, que viene por el desquite y la revancha. ¡Adiós a las prestaciones, a las jubilaciones, a los empleos bien pagados y en suma, al llamado Estado de Bienestar! ¿Será para quedarse?