sábado, 3 de octubre de 2009

Recetas para salvar al Mundo y dar de comer a la Gente

Por: Cipriano Barreto Mendoza


La crisis global, es consecuencia de que no se está cuidando al ser humano ni respetando al Planeta. Al ser humano no se le están dando las oportunidades que el desarrollo del conocimiento puede dar y al Planeta no se le respeta las limitaciones que la Naturaleza le imponen y que todos los sistemas político económicos deberían acatar.
El galopante desempleo, por dar un ejemplo, es el resultado de no disminuir la jornada de trabajo de ocho horas diarias, que tiene una antigüedad de más de 100 años y que a estas alturas del desarrollo de la ciencia y la tecnología, debería estar por menos de 30 horas a la semana, lo cuál permitiría que en las industrias en vez de 3 turnos de 8 horas, hubiera 4 de 6 horas ampliando de golpe, la cuarta parte de la plantilla laboral.
En México, si actualmente existen l2 millones registrados en el IMSS, la cuarta parte, es decir 3 millones podrían sumarse a la plantilla laboral con la jornada de 6 horas al día.
Estas cifras no son exactas, pues no todas las empresas tienen tres turnos, pero al reducirse la jornada, se abre la posibilidad de turnos de medio tiempo para estudiantes, amas de casa, personas de la tercera edad, etc.
La reducción de la jornada laboral es una receta para crear empleos, pero también para que los trabajadores cuenten con un poder adquisitivo, que cubra sus necesidades básicas pero y que también alcance para satisfactores de segunda y tercera y, de vez en cuando, hasta para un pequeño lujo y/o disfrute.
El pagar salarios constitucionales, sería un círculo virtuoso pues éstos han demostrado en los EUA y en los países desarrollados que los salarios que no son de hambre, hacen que cada trabajador se convierta en un polo de desarrollo que crea empleos a sus alrededor.
Las Pymes son las que orbitan y prestan servicios a los trabajadores, que cuentan con recursos suficientes que, a su vez, dan vida a las pequeñas y medianas empresas y estas proporcionan el 70 u 80% de los empleos en los países ricos.

Los salarios constitucionales deben salir de las utilidades de las empresas o de las ganancias de los empresarios, pues durante 100 años, han mantenido las jornadas de 8 horas diarias, cuándo bien podrían haberlas disminuido a 5 o 6.
La concentración de la riqueza en los países, por las cifras, son una demostración de que el capitalismo depredador ha logrado sobre ponerse a la democracia y al bienestar de la sociedad, manteniendo de muy distintas maneras, un feudalismo o una servidumbre disfrazada por un salario que, por su insuficiencia, se convierte en una cadena de dependencia.
Mejorar los salarios, substancialmente, no significa regalar dinero sino repartir mejor la riqueza generada. Así como se ha perpetuado la jornada de 8 horas diarias, también se ha perpetuado la mala costumbre de aumentar la porción del pastel que se llevan los empresarios y los políticos sin mayor "explicación" que el poder de REPRESIÓN y decisión, que mantienen y que se sobrepone a la sociedad, mediante la “justificación” que dan los políticos y los académicos, pero que no tienen un sustento real.
Así cómo se debió disminuir la jornada laboral, también se debió repartir mejor la riqueza y no permitir que cada vez una minoría se quede con la mayor parte.
El gobierno y la clase política y no se diga, la LABORAL, debieron frenar la Concentración del Ingreso, mediante LEYES que proporcionen una MEJOR CALIDAD de vida para todos, empezando por supuesto, con los sectores más rezagados.

La mejora salarial debe de darse repartiendo buena parte de las “ganancias” de los grandes empresarios, no mediante expropiaciones sino AJUSTANDO las reglas, YA NO para favorecer a los ricos como ha ocurrido hasta el momento, sino INVIRTIENDO las recetas que han perpetuado las injusticias del pasado, con distintos y “modernos” pretextos.
La crisis actual no se ha dado por los "altos" salarios de los trabajadores en los países ricos, sino porque la INFLACIÓN les ha socavado ese MARGEN VIRTUOSO y los ha equiparado con los ingresos, SIEMPRE DISMINUIDOS Y ACELERADAMENTE DEPRECIADOS, en los últimos 40 años por la DICTADURA DEL MERCADO.
El capitalismo salvaje del NEOLIBERALISMO, HA MINADO EL BIENESTAR DE SUS COMPATRIOTAS, como lo ha hecho abiertamente en los países emergentes, PERPETUANDO la esclavitud y la servidumbre, con “derechos” laborales que son todo, menos verdaderas conquistas. Son eslabones de nuevas cadenas que no queremos admitir y menos reconocer pese, a que son una obviedad.

El Planeta también requiere que se le trate de distinta manera a como se le ha explotado pues el crecimiento ha sido en contra de natura y no a favor de ella.
La Naturaleza de un momento a otro puede cobrarnos toda la violencia ejercida contra ella.
La receta para revertir estos daños, esperando que no sea demasiado tarde, está en fomentar el consumismo pero no el material y compulsivo, sino un consumismo ecologista y menos material y menos chatarra.

Los LÍMITES AL CRECIMIENTO, deben ser en buena parte en lo MATERIAL, sobre todo si el consumo agrede al habitat y al ser humano.
Debemos recordar que el 80% de lo que se produce, no mejora el desarrollo ni de uno ni otro y sí los daña de forma irreversible y con un tremendo costo económico para el presupuesto de los pueblos.

El consumismo debe de ser para mejorar al ser humano y su entorno. Debe encaminarse hacia un futuro ecológico, humano y económicamente sustentable.
¿Tendremos la suficiente inteligencia para RETROCEDER, sobre nuestros abusivos y autodestructivos pasos?