domingo, 3 de abril de 2011

Fukushima.

Fukushima: Monumento nipón a ultra codicia capitalista.
Estado de Bienestar ¿disparándose al pie, con reactores?
Suicidio ¿Política nuclear, en zona macro sísmica?
Forbistas mexicanos PEOR que mil Fukushima.
Tragedia nuclear y forbistas ¿nos pelan los dientes?
Testimonos. Blog. Un futuro, con futuro, para México.
Por Cipriano Barreto Mendoza.
En anteriores comentarios, pongo en duda la inteligencia nipona, al seguir una agresiva política energética, basada en el átomo.
La política energética nuclear, no debe satanizarse PERO, hacerlo en una región altamente sísmica, prácticamente es SUICIDA.
Japón, tiene una alta tasa de suicidios y ello podría explicar lo anterior, pero sería francamente, simplista.
La causa hay que verla, en la extrema codicia que ha desatado el neoliberalismo. El capitalismo salvaje, que ha elevado al libre mercado, como el Dios de dioses.
El capitalismo japonés, en los inicios del Siglo XX, invadió el continente asiático (China, Corea, Manchuria) buscando su propio “patio trasero”.
Esto significa, colonizar países para tener suficientes reservas de mano de obra y recursos materiales, para el auge capitalista imperial.
Hablar de “patio trasero”, es sólo para tratar de ocultar, el enorme VALOR estratégico y económico de dominar y controlar POTENCIALES AJENOS.
El Imperio Nipón, perdió la Segunda Guerra y fue sustituido por el Imperio de EUA.
Después de los holocaustos de Hiroshima y Nagasaki, es difícil pensar que los nipones por propia iniciativa, optaran por la Energía Nuclear para su recuperación y desarrollo.
El intervencionismo de EUA decidió por ellos.
En condiciones muy extremas, Japón aceptó los reactores y rescató su autoestima, con salarios “generosos”.
Un pueblo derrotado y con un proyecto impuesto (Plan Marshall-McArthur) decidió servir de prestanombre, al poderío industrial y financiero de Wall Street.
La alianza con la URSS, EUA la convirtió en Guerra Fría. A como diera lugar, buscó levantar un Muro nipón, de Clase Media.
La reconstrucción y recuperación socialista, sería muy lenta por la demolición humana y material sufrida. La de Europa y Japón, se podría acelerar, volcando toda la infraestructura y tecnología occidental en las zonas capitalistas de guerra.
El capitalismo nipón aprovechó la coyuntura de la Guerra Fría y gracias a los “salarios generosos” y la ayuda interesada, de las nacientes transnacionales occidentales, se crearon las franquicias “niponas”.
El capitalismo occidental “descubrió”, la laboriosidad e inteligencia de las poblaciones colonizadas o bajo protectorados y empezó a trasladar sus empresas de alto valor agregado y de uso extensivo de mano de obra, a las zonas con salarios de hambre y nulas restricciones laborales y ambientales.
Japón y Europa occidental fueron la excepción. Respetando su tradición imperial, se les permitió salarios “generosos”, que generaron un Mercado Interno expansivo de Clase Media.
La película de Hollywood: American way of life, fue definitiva en la derrota del socialismo real. Austeridad y represión, contrastaba con lo que se veía en las pantallas.
El llamado Sueño Americano, fue difundido a nivel mundial gracias a los Medios Masivos de Comunicación de la época.
La Radio, Cine, Prensa y en especial la Televisión, crearon la imagen (percepción) de que el capitalismo era superior al socialismo.
El Mercado presumió de superar al Estado, en mejorar la calidad de vida del ser humano.
Olvidando que el Mercado está apuntalado, también, por el Estado, por el capitalismo “privado”.
El capitalismo de Estado, “socialismo”, pretendía regular las desigualdades.
NO PODRÍA TERMINAR CON “EL HOMBRE ES EL LOBO DEL HOMBRE”, AUNQUE QUISIERA.
Fukushima es, precisamente, el monumento criminal, de ello.
La política energética nuclear que siguió Japón, en una zona altamente sísmica, fue impuesta por EUA, para proporcionar energía barata y accesible a sus sucursales, pero con marca y tecnología “nipona”.
A cambio, gozaron de salarios “generosos” y con éstos, un amplio Mercado Interno de Clase Media.
La clase capitalista nipona, pareció que dominaría a la occidental y particularmente a la de EUA.
Transnacionales del sol Naciente, “compraban” empresas europeas y del Tío Sam y los enlistados por Forbes, tenían los ojos rasgados PERO.
A partir de los 90´s, los Forbes globalizados, fueron principalmente con residencia en EUA. 400 de un millar.
Los forbistas nipones volvieron a la media tabla. Hoy son desplazados por los mexicanos.
Los forbistas japoneses, se rezagan PERO MANTIENEN A SUS COMPATRIOTAS, con un alto Índice de Desarrollo Humano (IDH).
Cuarto lugar, frente al 11 de EUA y el 56 de México.
También en igualdad de ingreso.
Este parámetro, sirve para señalar que tan clase media es la sociedad PERO, PRINCIPALMENTE, lo injusta o no, que es la distribución de la riqueza.
Esto significa, cuántas veces es mayor el ingreso entre el decil o el quintil de la cúpula, respecto al decil o quintil de la base.
La riqueza está mejor distribuida entre los nipones, pues la distancia es 8 y 4 veces, respecto al decil o quintil. México está por 44 y 24.
En EUA, la injusticia se incrementa y está por los 16 y 8. México es más injusto que nuestros vecinos, por la diferencia salarial entre los dos.
México tiene salarios 15 a 20 veces más bajos que EUA y Japón.
Por igualdad de ingreso. Japón es segundo; EUA, 74; México, 91.
Japón negocio el servir de prestanombre, PERO salpicó. Repartió y NO CONCENTRÓ la riqueza.
Nuestro país, es un capitalismo de sanguijuelas. Nuestros prestanombres forbistas acaparan más riqueza, que los prestanombres japoneses.
Ocho veces más.
Y EN UNA APOLOGÍA DEL CRIMEN, tenemos al Forbes número uno, del mundo.
Japón con su política nuclear, se da un balazo en el pie, PERO tiene una clase media universal y la desigualdad es mínima.
México, con la altísima concentración del ingreso, NUNCA será de clase media y nuestra injusticia es extrema.
De seguir así.
¡La tragedia terminará en suicidio!
Pero a nosotros ¡nos vale!
Y además.
¡Fukushima nos pela los dientes!