domingo, 19 de abril de 2009

Paracrisis...(19/abril/2009) Testimonos:Barack Obama, la cara “blanca” del Imperio ¿fallido?


(19/abril/2009)

En el Testimonos:”La Responsabilidad es nuestra, no debemos esperar un mesías” (25 de enero de 2009) escribí, a los 5 días de la toma de protesta del presidente Barack Obama, que no debíamos esperar demasiado de su mandato y que la obligación de una mejora, debería empezar, en revertir la terrible y criminal concentración del ingreso en nuestro país (20% acapara el 70 del PIB).
Señalamos, que no debemos esperar que las grandes economías, se pongan de acuerdo sobre como salir de la crisis global, provocada por cierto, por ellos mismos, por la voracidad criminal de sus élites financieras. Lo que esta en nuestras manos y en una voluntad política para hacerlo, sería poner remedio a las tremendas desigualdades de nuestra economía que si bien, corresponden a la dictadura del mercado a nivel global, nosotros hemos “mejorado” la explotación de las mayorías, en los últimos 9 años.
En el Testimonos mencionado, intencionalmente hice un breve resumen de la historia del Imperio a partir de su Independencia de la Corona Inglesa, que paradójicamente significó un coloniaje, para muchos países del mundo pero particularmente, de América Latina y el Caribe.
El discurso de toma de posesión del presidente número 44 de los EU, tenía un marcado contenido ético y mostraba un cambio de rumbo de la potencia respecto a sus ambiciones hegemónicas.
En la Quinta Cumbre de las Américas, que se celebra en Trinidad y Tobago, Obama insiste en “no vivir atrapados en el pasado”, ante los recordatorios de la Presidenta de Argentina, Cristina Fernández y el de Nicaragua, Daniel Ortega, sobre el imperialista comportamiento de los EU y la demanda de retirar el bloqueo comercial a Cuba.
Para Obama es fácil decir y/o pedir que no se viva atrapado en el pasado, porque no ha sido invadido por los Marines, ni torturado por militares golpistas en nombre de la democracia “Made in USA”. Tampoco, con este pretexto, se secuestró, torturó, violó y se ejecutó a medio millón de latinoamericanos en el transcurso de 30 años, precisamente después de la Revolución Cubana.
América Latina y el Caribe, pueden perdonar estas atrocidades, para “no estar atrapados en el pasado” pero principalmente para no ser devorados por el rencor y la revancha, lo cuál es mil veces peor que lo primero pero nunca, nunca, se deben olvidar estos hechos de lesa humanidad, precisamente para evitar que se repitan.
Con esta idea en mente, vuelvo a los párrafos en los que menciono que la Independencia de los EU, se convirtió en un coloniaje para los pueblos latinoamericanos, en que las empresas azucareras, bananeras, del cobre, del estaño, del petróleo, del caucho, de las maderas preciosas, gobernaban e imponían autoridades desde Jefes del ejército hasta presidentes de la república.
Desde la proclamación de su “Independencia”, los gobiernos de latinoamérica necesitaron de los préstamos internacionales, pero dado lo oneroso de sus intereses pero sobre todo lo peligroso de su no pago, (los Marines fueron los encargados de la cobranza) las autoridades recurrieron al autofinanciamiento y a mantener la deuda externa, en un monto mínimo y pagable y así, el México posrevolucionario, creó los planes sexenales que crearon con las uñas: escuelas, hospitales, presas, carreteras, refinerías, dotación de agua y suministro de electricidad. La deuda foránea, se mantuvo bajo control.
Este autofinanciamiento, pudieron hacerlo los países de grandes dimensiones o los países pequeños, que contaban con un recurso de exportación demandado y aunque los precios siempre fueron bajos, la ambición del Imperio, los fue desplomando con el tiempo, al grado de que ya no alcanzaba para cubrir el presupuesto y se tuvo que recurrir a la Banca Internacional, creada después de la Segunda Guerra Mundial a iniciativa de los EU, que surgió como la potencia hegemónica, con los acuerdos de Bretton Woods.
El dólar, se impuso como la moneda dominante y el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, fueron los instrumentos financieros, que otorgarían recursos, dizque para el desarrollo, con bajos intereses y pocos condicionamientos. Estas políticas, duraron muy poco y nuevamente la voracidad de los banqueros utilizó la Guerra Fría y la lucha anticomunista, como pretexto para gravar los préstamos y poner condiciones que abolían en los hechos la soberanía y la autodeterminación de los pueblos.
Para evitar una segunda Cuba, el Imperio utilizó a los militares, entrenados en la Escuela de la Américas, en Panamá, para dar golpes de Estado, a los gobiernos electos democráticamente pero, que no tenían la visión unipolar del Imperio o pretendían mejores precios para sus materias de exportación y que le bajaran a lo que tenían que importar. Con estas demandas, los gobiernos pretendían financiar su desarrollo y mantener bajo control, su deuda externa lo que iba precisamente en dirección opuesta a los intereses de la Banca del Imperio.
Los gorilatos, llegaron saqueando las Haciendas y exportando los recursos a los paraísos fiscales y demandando préstamos a la banca privada y al FMI y al BM que sin medir las consecuencias económicas, las otorgaron por motivos políticos para apuntalar las dictaduras militares, que duraron entre 40 y 7 años, con enormes daños humanos pero también económicos.
Al irse los gorilas y regresar los civiles, la deuda externa se convirtió en deuda eterna, pero el Imperio buscó una “solución” para que los gobiernos le dieran prioridad al pago del débito, sin que le importara el destino de los pueblos. El FMI y el BM obligaron a las autoridades a firmar cartas de intención, en las que los precios internos tenían que igualarse a los internacionales pero no se dio el mismo trato a los ingresos de los trabajadores.
Los sueldos y salarios se congelaron, en el mejor de los casos, pero en su mayoría, se desplomaron, empobreciendo a los trabajadores por la doble vía, de la caída de los ingresos y el alza del costo de la vida. Todo ello, para pagar la deuda que dejó de ser eterna pero, a qué costo.
El caso de México, siguió los mismos pasos de las dictaduras, pues la “dictablanda” adoptó y mejoró, el saqueo y la fuga de divisas de nuestras élites políticas y económicas, pues los mismos promotores de “inversiones” que aconsejaban a los gorilas, también lo hacían con las “ratas nacionales”.
El resultado lo tenemos a la vista, una concentración del ingreso pavorosa y criminal, que sólo está en la voluntad política del sistema (gobierno e Instituciones) revertir y no en las manos de un presidente carismático y con posibles intenciones éticas, pero que, mientras no se conviertan en hechos, sigue siendo un instrumento “blanco” del Imperio, que la delincuencia institucional de sus máximos financieros, ha llevado al estado que preside, como uno bastante “fallido” en lo moral y ecológico.